Por: Manuel Justo
Isaac Quinzada
La Alquimia pertenece al período de la edad media
y en especial del 400- 1000 d.C.
En la historia de la ciencia, la alquimia (del
árabe الكيمياء al-khimia) es una antigua práctica proto científica y disciplina
filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la
medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el
arte. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la
India y China, en la Antigua Grecia y el Imperio Romano, en el Imperio Islámico
y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y
sistemas filosóficos que abarca al menos 2.500 años. La alquimia occidental ha
estado siempre estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema
filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad
sincrética greco egipcia y legendario alquimista. Estas dos disciplinas
influyeron en el nacimiento del rosacrucismo, un importante movimiento
esotérico del siglo XVII. En el transcurso de los comienzos de la época
moderna, la alquimia dominante evolucionó en la actual química. Actualmente la
disciplina es de interés principalmente para los historiadores de la ciencia y
la filosofía, así como por sus aspectos místicos, esotéricos y artísticos. No
obstante, la alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias
modernas, y muchas de las sustancias y procesos de la antigua alquimia siguen
siendo pilares fundamentales de las modernas industrias química y metalúrgica. Aunque
la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor
frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado
para transformar plomo (u otros metales) en oro. Otra forma que adopta la
alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que lograr la
habilidad para transmutar oro o la vida eterna.
La Alquimia surgió por medio de los aportes dados
por las siguientes civilizaciones:
Griega:
Los orígenes de la alquimia se dan aquí, y estos son
técnicos y mágicos a la vez. Cuando se funda la civilización griega, ya se
conocen el cobre, el bronce y el hierro; el oro y la plata se usan para
ornamentos.
Se
conoce la manera de obtener tintes, de fundir los esmaltes y desde la más
remota antigüedad, se extrae el cinabrio, que era como un sulfuro rojo, un
líquido brillante como la plata, muy pesado y que posee todas las propiedades
de un metal.
Los
primeros filósofos griegos, cuyo método de planteamiento de la mayor parte de
los problemas era teórico y especulativo, llegaron a la conclusión de que la
tierra estaba formada por unos cuantos elementos o sustancias básicas.
El
pensamiento alquímico de la antigua Grecia se basó en teorías y especulaciones
y muy pocas veces en la experimentación. Muchas de las escrituras griegas del
tema se conservaron y despertó el estudio de ésta ciencia en la edad media.
Árabe:
La
alquimia árabe es tan misteriosa en sus orígenes como la griega. Durante los
califatos de los Abasidas desde 750 a 1258, floreció en Arabia una escuela de
farmacia. El primer trabajo conocido de esta escuela es la obra que se difundió
en Europa en su versión latina titulada De alchemia traditio summae
perfectionis in duos libros divisa, atribuido al científico y filósofo árabe
Abú Musa al-Sufí, conocido en Occidente como Geber; este trabajo, que podemos
considerar como el tratado más antiguo sobre química propiamente dicha, es una
recopilación de todo lo que se creía y se conocía para entonces.
Los
alquimistas árabes trabajaron con oro y mercurio, arsénico y azufre, y sales y
ácidos, y se familiarizaron con una amplia gama de lo que actualmente llamamos
reactivos químicos. Ellos creían que los metales eran cuerpos compuestos,
formados por mercurio y azufre en diferentes proporciones.
El
alquimista árabe más grande fue seguramente ar Razí (850-923), un científico
persa que vivía en Baghdad. Ar Razí clasificó a los materiales usados por el
alquimista en cuerpos (a los metales): piedras, vidrio, sales, etc. Y
espíritus: mercurio, azufre, amoníaco, etc. El real objetivo de éstos
alquimistas era el de producir oro por medio de reacciones catalíticas de
ciertos elementos. Ar Razí escribió un libro sobre las aguas fuertes que según
los estudiosos del tema no eran más que soluciones de sal corrosiva.
Hindú:
Se
cree que las heredaron de los Griegos traídas por Alejandro Magno en sus
conquistas.
Las
Vedas (las más antiguas escrituras sagradas hindúes), contienen algunas pistas
sobre la alquimia en la antigua India que presentan semejanzas con la alquimia
de la antigua China. Los chinos e hindúes planteaban la relación entre el oro y
la larga vida.
Pero
la alquimia de la medicina y la inmortalidad eran los principales intereses de
los hindúes. No parecía muy importante la conversión de metales. En la India
los elixires de la inmortalidad no eran de gran importancia y se trataba de
simples remedios minerales para algunas enfermedades.
Los
chinos e hindús asociaban a la alquimia con el misticismo religioso aunque a
partir de los siglos 10 al 12 esto cambió. Se encontraron escrituras claramente
alquímicas pertenecientes a estos siglos.
Los
primeros pensamientos filosóficos hindúes (siglo5 a.C.) planteaban a la
naturaleza como una concepción de elementos materiales (fuego, viento, agua,
tierra y espacio). China e India poseían grandes recursos de salitre.
Uno
de los grandes descubrimientos fue la sal de amoníaco descubierto durante los
siglos 1 y 2 d.C. Su importancia se basó en su capacidad de sublimación disociándose
en 2 materiales corrosivos, amoníaco y ácido clorhídrico los cuáles atacan
fuertemente a los metales.
China:
La
alquimia china esta relacionada con propósitos más antiguos que la metalurgia o
la medicina. Planteaba la inmortalidad física y se remonta al siglo 8 a.C. Para
el siglo 4 a.C. planteaba que esto se lograría con drogas mágicas denominadas
el elíxir de la vida, y lo planteaba como una solución de oro lo cual era
hipotético por la dificultad de disolver oro.
El
primer alquimista chino que fue razonablemente conocido fue Ko Hung (283-343
d.C.), quien escribió un libro conteniendo obscuras recetas para elixires, en
su mayor parte compuestos de arsénico y mercurio. El libro alquímico chino más
famoso es el Tan chin yao chuen (grandes secretos de la alquimia),
probablemente escrito por Sun Ssu-miao (581-673 d.C.), y es un tratado práctico
en la creación de elixires (mercurio, azufre y las sales de mercurio y arsénico
son prominentes) para lograr la inmortalidad, plantea otras sustancias para la
cura de enfermedades y la fabricación de piedras preciosas.
La
alquimia china siguió su propio camino mientras que en occidente las numerosas
promesas religiosas de la inmortalidad hicieron que la alquimia no tuviera como
prioridad lograr la inmortalidad. Las deficiencias de la religión china le
dieron a la alquimia la oportunidad de llenar ese lugar. Muchos de los elixires
desarrollados por los chinos eran venenosos lo que llevó a los alquimistas
chinos a moderar se peligrosidad variando sus ingredientes o por medio de
manipulaciones químicas.
Uno
de los descubrimientos químicos más grandes fue la pólvora desarrollada en
China (mezcla de salitre, azufre y carbón).
Las
ideas en las que se basaban los alquimistas, era en la búsqueda de:
1.
La Piedra Filosofal:
Los
alquimistas de la edad media creían que para lograr la transformación de
metales como el plomo, sin gran valor, en oro o plata había que agregar y
combinar una cantidad justa de Mercurio para lograr la transmutación. Por otro
lado también pensaban que para que esta reacción se produzca tendría que
ocurrir en presencia de un catalizador al que se llamó piedra filosofal.
En
la edad media se creó un tratado mediante el cual supuestamente se podía lograr
este contenía siete partes y fue escrito por un autor anónimo.
2.
El Elixir de la vida:
Desde
tiempos muy remotos, los alquimistas, dedicaron sus vidas a crear un elíxir que
los hiciera vivir por siempre, conocido también como el Elixir de la Vida.
Esta
idea comenzó para el siglo 4 a.C. en donde se planteaba
que esto se lograría con drogas mágicas, y lo planteaba como una solución de
oro lo cual era hipotético por la dificultad de disolver oro.
Entre
los alquimistas más sobresalientes destacan:
1. Edad
Media:
Jabir
Ibn Hayyan 721-815: su nombre completo era Abu Musa Jabir Ibn Hayyan Al-Azdi es
considerado el mayor de todos los alquimistas árabes. Hay quienes afirman que
además de un gran alquimista fue astrólogo, astrónomo y mago a quien se le
atribuye la autoría de cientos de libros que versaban sobre alquimia y los
diferentes procesos para transmutar los metales en oro, conocidos como
magisterio, y que consistían en eliminar cualidades de los metales hasta
obtener elementos puros que a su vez, permitirían la transmutación. Entre sus
libros destaca La suma de las perfecciones del magisterio y es muy probable que
gracias a su obra se haya descubierto el nitrato de plata y otras
contribuciones a la química moderna.
Miguel
Escoto: Sus aportes se dieron principalmente en las Cruzadas, las que pusieron
al occidente en relación con la civilización árabe y despertaron vivo interés
por la ciencia oriental. En Sicilia constituye un nexo entre Oriente e Italia
en la que dedicó su obra De Secretis (1209), obra en la cual las teorías
alquimistas estaban extensamente desarrolladas.
Alberto
Magno (1193–1280) y Tomás de Aquino (1225–1274) fueron dos dominicos que
estudiaron a Aristóteles y trabajaron en la reconciliación de las diferencias
entre la filosofía y el cristianismo. Tomás de Aquino también trabajó
intensamente en desarrollar el método científico. Incluso fue tan lejos como
para afirmar que los universales podrían ser descubiertos sólo mediante el
razonamiento lógico y, como la razón no puede oponerse a Dios, debe por tanto
ser compatible con la teología.
Roger
Bacón 1214 – 1294: Roger Bacon es considerado por algunos como el autor del Manuscrito Voynich, debido a sus estudios en los campos de la Alquimia,
Astrología y lenguas. A Bacon también se le atribuye el manual de Alquimia
Speculum Alchemiae.
Nicolas
o Nicholas Flamel 1330 – 1418: fue un burgués parisino del siglo XIV, escribano
público, copista y librero jurado; aunque sin duda un personaje histórico, las
leyendas lo describen como alquimista de suficiente habilidad para ejecutar las
dos obras más complejas del arte alquímico: la transmutación de los metales en
oro gracias a la elaboración de la piedra filosofal, y la inmortalidad.
Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von
Hohenheim, o Theophrastus Bombast von Hohenheim, conocido como Paracelso o
Teofrasto Paracelso Zúrich, 1493 – 1541: fue un alquimista, médico y astrólogo
suizo. Fue conocido porque se creía que había logrado la transmutación del
plomo en oro mediante procedimientos alquimistas y por haberle dado al zinc su
nombre, llamándolo zincum.
2. Renacimiento:
Robert
Boyle, quien formuló la ley de los gases que hoy lleva su nombre. En su obra
"El Químico Escéptico" (1661), Boyle fue el primero en establecer el
criterio moderno por el cual se define un elemento: una sustancia básica puede
combinarse con otros elementos para formar compuestos y que por el contrario
éstas no pueden descomponerse en una sustancia más simple.
Henry
Cavendish demostró que el Oxígeno se combina con el hidrógeno para formar el agua, de modo que ésta no podía ser un elemento.
Lavoisier
descompuso el aire (que se suponía en ese entonces un elemento), en oxígeno y
nitrógeno. Se hizo evidente desde entonces que ninguno de los elementos de los
griegos era correcto. Los elementos de los alquimistas fueron el mercurio y el
azufre. También lo eran el hierro, el estaño, el plomo, el cobre, la plata, el
oro y otros no metálicos como el fósforo, el carbono y el arsénico. El elemento
de Paracelso, la sal, fue descompuesto en dos sustancias más simples.
Impacto
de la Alquimia en la actualidad:
En
la época actual se han realizado progresos para alcanzar las metas de la
alquimia usando métodos diferentes a los de la alquimia tradicional. Estos
avances pueden en ocasiones ser llamados alquimia por razones retóricas.
Podría
decirse que el objetivo de la investigación en inteligencia artificial es
precisamente crear una vida desde cero, y los filosóficamente opuestos a la
posibilidad de la IA la han comparado con la alquimia, como Herbert y Stuart
Dreyfus en su ensayo de 1960 Alquimia e IA. Sin embargo, debido a que el
objetivo específico de la alquimia es la transmutación humana más que la
creación de vida desde cero, la investigación genética, especialmente el
ayuste, estaría más cerca de la misma.
Anexos:
Línea de Tiempo - Historia de la Química
La Alquimia y Su impacto en nuestros días
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